HISTORIA DEL DINERO
La historia del dinero comienza alrededor del siglo VII al V a. C. con la primera acuñación de moneda.1 El dinero es cualquier objeto de valor claramente identificable que es aceptado de forma genérica para el pago de bienes, servicios y deudas en un mercado o lo que es moneda de curso legal dentro de un país.
Desde la antigüedad las personas han cambiado los objetos de valor, sea en el intercambio de regalos o bien en los mercados de los que un sistema común de fichas es más conveniente para el servicio de la comunidad.2
No sólo se han usado muchos bienes en los intercambios que son directamente útiles en sí mismos, como el ganado y los sacos de grano de cereal, sino que elementos meramente atractivos, como conchas cauri, eran canjeados por mercancías más útiles. Este es el caso de los metales preciosos, de los que se hicieron las primeras monedas y que entran en esta segunda categoría.
Intercambio No Monetario
En las economías más primitivas, los sujetos constituyen elementos económicos de carácter autárquico, sin que interactúen con otros. La integración en grupos más amplios hizo las sociedades más complejas y trajo consigo la progresiva división del trabajo, en la que los individuos no eran autosuficientes y necesitaban de los demás para satisfacer sus necesidades. Por su propia naturaleza, esta división del trabajo exigía el intercambio entre los sujetos.
Para que un sistema de trueque funcione como tal es preciso que cada individuo desee el bien de otro y que las cantidades deseadas coincidan con sus disponibilidades. Efectivamente, con el trueque, un individuo que posee cualquier excedente de un bien, tal como una medida de grano o una cantidad de ganado podría intercambiarla directamente por algo que se percibe de valor similar o mayor utilidad, tal como un crisol de arcilla o una herramienta. La capacidad para llevar a cabo transacciones mediante trueque es limitada, ya que depende de una coincidencia de deseos. El vendedor de grano tiene que encontrar un comprador que quiere comprar grano y que también podría ofrecer a cambio algo que el vendedor quiere comprar. No hay una medida estándar acordada en la que el vendedor y el comprador podrían intercambiar productos según su valor relativo de los diferentes productos y servicios ofrecidos por otros potenciales socios trueque. Se considera un sistema costoso en términos de tiempo y esfuerzo porque requiere una doble coincidencia de deseos, es decir, los individuos tienen que encontrar una contrapartida que desee lo que ellos ofrecen y que ofrezca justamente lo que quieren.
*Concepto Aristotélico:
el filósofo griego Aristóteles contempla la naturaleza del dinero. Considera que cada objeto tiene dos usos, el primero es el propósito original para el cual el objeto fue diseñado, y la segunda posibilidad es la de concebir el objeto como un elemento para vender o intercambiar.4 La asignación de un valor monetario a un objeto que de otra manera sería insignificante, como una moneda o pagaré, surge cuando la gente del pueblo y sus socios comerciales desarrollan la capacidad psicológica de depositar la confianza uno en el otro y en la autoridad externa en el trueque.
el filósofo griego Aristóteles contempla la naturaleza del dinero. Considera que cada objeto tiene dos usos, el primero es el propósito original para el cual el objeto fue diseñado, y la segunda posibilidad es la de concebir el objeto como un elemento para vender o intercambiar.4 La asignación de un valor monetario a un objeto que de otra manera sería insignificante, como una moneda o pagaré, surge cuando la gente del pueblo y sus socios comerciales desarrollan la capacidad psicológica de depositar la confianza uno en el otro y en la autoridad externa en el trueque.
*Criticas:
David Kinley considera que la teoría de Aristóteles está viciada porque el filósofo probablemente carecía de la suficiente comprensión de las formas y prácticas de las comunidades primitivas, y así puede haber formado su opinión, de la experiencia personal y la conjetura.
En su libro Deuda: Los primeros 5000 años, el antropólogo David Graeber argumenta en contra de la sugerencia de que se inventó el dinero para reemplazar el trueque. El problema con esta versión de la historia, sugiere, es la falta de elementos de prueba. Su investigación indica que "las economías de regalo" eran comunes, al menos en los inicios de las primeras sociedades agrarias, cuando los humanos utilizaban elaborados sistemas de crédito. Graeber propone que el dinero como unidad de cuenta se inventó el momento en que la obligación no cuantificable "Te debo una" transforma en el concepto cuantificable de "Te debo una unidad de algo". En este punto de vista, el dinero surgió primero como crédito y más tarde adquirió las funciones de un medio de cambio y depósito de valor.
*Economia Del Don:
En una economía del don, valiosos bienes y servicios se dan regularmente sin ningún acuerdo explícito por recompensas inmediatas o futuras (es decir, no hay un Do ut des).9 Idealmente, dando simultánea o recurrentemente sirve para distribuir y redistribuir los objetos de valor dentro de la comunidad.
Hay varias teorías sociales sobre las economías de regalo. Algunos consideran que los regalos sean una forma de altruismo recíproco . Otra interpretación es que "implícito que te debo "deuda10 y el estatus social se otorgan a cambio de los "regalos".11 Consideremos, por ejemplo, el reparto de alimentos en algunas sociedades de cazadores-recolectores, donde el intercambio de alimentos es una salvaguardia contra el fracaso de cualquier individuo en su alimentación diaria. Esta costumbre puede reflejar el altruismo, puede ser una forma de seguro informal, o puede traer consigo la condición social u otros beneficios.
*Aparicion Del Dinero:
Las dificultades inherentes al trueque llevaron a utilizar diversos bienes para facilitar los intercambios. Estos bienes convertidos en instrumentos generales de cambio se convirtieron en las primeras formas de dinero. A lo largo de la historia, se han utilizado muchos tipos de bienes como medios generales de pago. A lo largo del tiempo se ha buscado bienes con un valor estable, de alto valor en relación con su volumen y disponible en cantidades suficientes a las exigencias. También se ha exigido que sean bienes fácilmente almacenables, que puedan ser transportados sin dificultad, divisibles, inalterables y no perecederos.
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